domingo, 21 de febrero de 2016

ADECUACIÓN DEL TEXTO "A LOS PERIODISTAS" (PAU, JUNIO 2015)

ADECUACIÓN DEL TEXTO "A LOS PERIODISTAS"

Vamos a analizar la propiedad textual de la adecuación, la cual se fija en la adaptación del emisor a los elementos de la comunicación (receptor, canal, código, mensaje y contexto). Para ello, comenzaremos hablando del ámbito de uso de este texto, que es el periodístico, concretamente se trata de un artículo de opinión.
Respecto a su tipología textual, diremos que es expositivo-argumentativo: es expositivo en tanto en cuanto nos da información objetiva como la del piloto que causó el terrible accidente de avión, la información de Eróstrato y lo de la cultura de la fama. Es argumentativo porque trata de persuadir al receptor de su opinión sobre el tema de la fama, y lo hace a través de muchos argumentos y sugerencias.
En cuanto a las funciones del lenguaje, podemos encontrar de manera predominante las funciones expresiva (puesto, como hemos dicho antes, que el autor nos quiere convencer de su opinión: filtrar la información para no alimentar el ego de delincuentes) y apelativa (lo vemos, por ejemplo, en el uso abundante de interrogaciones retóricas, así como en el uso de perífrasis de obligación, como veremos más adelante). De manera secundaria, aparece la función referencial, propia de los textos expositivos (ya lo justificamos en la aparición de esta tipo de textos). Y, de forma puntual, vemos también función metalingüística en la línea 6, cuando nos define el concepto de “erostratismo”.
Antes de pasar a la modalización, hablaremos del registro utilizado por Rafael Reig en su artículo. Por ser de ámbito periodístico es lógico que se utilice un registro sencillo como es el estándar. Si bien es cierto que este aparece combinado con algún que otro rasgos, no muchos, de registro culto y de registro coloquial. Del primer encontramos oraciones subordinadas, como el relativo de la línea 1 (“de cuyo nombre no quiero acordarme”, de paso haciendo alusión al principio de El Quijote), las concesivas de la línea 4 (“¿Aunque para ello…?”), 22 (“Aunque quizá…”) y 25 (“aunque sin olvidar…”), la modal de la línea 8 (“como él mismo admitió”) y las condicionales de las líneas 16 (“Si cualquier asesino…”) y 22 (“Si ya en Éfeso…”). También podemos ver el registro culto en sustantivos como “erostratismo” (5), “actos delictivos” (6), “infamia” (18) o “anhelo” (24); en los adjetivos “sórdida” (18), “embriagadora” (18), “infame” (23) o “funestas” (27); y en verbos como “ignoro” 81). Del registro coloquial podemos señalar la imprecisión del pronombre “algo” (3) y expresiones como “liquidarse” (3) o “dé una buena campanada” (16).
Llegados ya a la modalización, es decir, a la subjetividad manifestada en el texto por el emisor, empezaremos a comentar la modalización valorativa. En ella encontramos especialmente adjetivos valorativos como el superlativo “muy buen” (8), el adjetivo con modificador “más grave” (22) o los adjetivos en grado positivo: “extremo” (5), “famoso” (8), “buena” (13), “culpable” (14), “embriagadora” (18), “brutal” (20) o “imposible” (26). También podemos señalar expresiones como “fama mundial” (3), “acontecimiento universal” (4), “discreta soledad” (4), “a mi parecer” (13) u “obsesión enfermiza” (27).
Otro rasgo valorativo es el uso de comparaciones como la de la línea 17: “como Eróstrato” y el de las interrogaciones retóricas, repartidas por todo el texto, especialmente en el tercer párrafo. También podemos señalar el uso de la primera persona, tanto del singular como del plural: ejemplos del singular son “me” (1, 2), “mi” (13 y 28), “ignoro” (1), “quiero” (1); y del plural: “nos” (5, 17, 21, 27), “nuestra” (18, 18, 23, 26, 27), “encontramos” (5), “garantizamos” (20) y “sorprendemos” (21). Por último, volver a señalar el cambio de registro, esta vez como rasgo valorativo.
En cuanto a la modalización epistémica, podemos afirmar que el grado de certeza es medio puesto que encontramos adverbios y expresiones que manifiestan cierta incertidumbre por parte del emisor (“puede que”, 14; o “quizá”, 22). Aunque predominan las oraciones enunciativas y los verbos en presente, y porque encontramos adverbios y expresiones que no dejan lugar a la duda: “por supuesto” (1), “siempre” (3) y “como se sabe” (7).
Por último, hablando de la modalización deóntica, encontramos la perífrasis de obligación de la línea 25 (“Habrá que pensar”) y la última interrogación del texto (“¿no podíamos cerrar la boca?”, 28), que no es otra cosa que una sugerencia para frenar lo que denuncia el texto.
Por todo ello, podemos afirmar sin miedo que el grado de modalización es alto, por lo tanto, es un texto muy subjetivo.


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