miércoles, 24 de febrero de 2016

ADECUACIÓN DEL TEXTO "FALLÓ RIVERA" (HECHO EN CLASE EL DÍA 24-2-16)








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Falló Rivera

Se lo creyó demasiado pronto. Se ensoberbeció. Pensó que todos los caminos estaban abiertos. Vislumbró la alfombra roja. Se instaló en la prepotencia. Hizo algún aspaviento desdeñoso. Fracasó en los debates. No reconoció ni sus errores ni sus torpezas. Se dio el pico con Pablo Iglesias. Suscitó el desencanto entre los que le iban a votar. Y los 65 ó 70 escaños que le adjudicaban todas las encuestas se quedaron en 40.Podía haber sido el árbitro de la situación política en España. Con él se robustecía el centro derecha. Cabía también la posibilidad, como ocurrió en Andalucía, de que moderara al PSOE. Eso es lo que esperaban de él los grandes empresarios españoles y una poderosa instancia internacional. Rivera era la garantía de evitar al Tsipras español. El problema político de España reside en la debilidad actual del Partido Socialista. Un PSOE como el de Felipe González, de centro izquierda, moderado y consciente de las exigencias del mundo internacional, es fundamental para la estabilidad de España. Zapatero provocó el desequilibrio con sus ocurrencias y su propósito de instalar al Partido Popular en el zaquizamí de la Historia. Las elecciones de 2011 no las perdió Rubalcaba ni las ganó Rajoy. Eso es un espejismo. Las perdió Zapatero. Reducido a 110 escaños, el PSOE podía derivar, y así lo ha hecho, por cierto, tras las elecciones autonómicas y municipales, a pactos con la extrema izquierda.
La estabilidad de un país descansa sobre la moderación. El centro derecha y el centro izquierda, en alternancia, robustecen la libertad y el progreso. En España no hay problemas con el centro derecha, representado por el Partido Popular con la adenda actual de Ciudadanos. El problema está en el descalabro del PSOE. Me aseguran que pesos pesados del PSOE como Felipe González y Susana Díaz presionan para que Sánchez, en su afán desmedido de sentarse en la silla curul de Moncloa, no caiga en el despropósito de entregarse a Pablo Iglesias y a la extrema izquierda porque, en tal caso, el Partido Socialista sería en poco tiempo fagocitado. Tengo mis dudas de que Sánchez se avenga a razones. Aseguran con evidente exageración sus detractores que para escalar la Moncloa estaría dispuesto a aceptar el escaño de un diputado que hubiera asesinado a su madre. No comparto semejante caricatura, pero entre la certeza de ser escabechado como líder del partido y la posibilidad de convertirse en presidente del Gobierno con pactos subterráneos y peligrosos abrazos del oso, está claro qué es lo que escogería Pedro Sánchez. Los que le rodean no es que lo sospechen. Lo saben. Otra cosa es que él consiga zafarse de la presión de algunos barones del PSOE, hostiles al Frente Popular ampliado.
Lo que ha fallado, en fin, en las elecciones del domingo se llama Albert Rivera. Si se hubiera mantenido en los 60 escaños, hoy no se viviría en la zozobra que sacude a relevantes instancias económicas y políticas. Albert Rivera debe rodearse, en fin, de consejeros sosegados que frenen su deriva a la egolatría porque eso detrae votos y simpatías. Garrigues, Roca, Adolfo Suárez, Rosa Díez se diluyeron políticamente. Si Albert Rivera no quiere que le ocurra lo mismo, deberá reflexionar sobre lo que le ha ocurrido en las elecciones generales y tomar las medidas de humildad exigidas por la realidad.

Luis María Ansón,  El Mundo, 24 de diciembre de 2015


ADECUACIÓN
Vamos a comentar la adecuación del texto titulado “Falló Rivera”. Para ello, primero definiremos el concepto de adecuación: es la propiedad textual por medio de la cual el emisor tiene en cuenta todos los elementos de la comunicación.
Seguidamente, diremos que el texto pertenece al ámbito de uso periodístico; concretamente, se trata de un artículo de opinión.
Por ello, el artículo es un texto expositivo-argumentativo. En la parte expositiva encontramos toda la información que aporta sobre los resultados de las elecciones del 20 de diciembre de 2015, así como las de 2011. En cuanto a la parte argumentativa, encontramos la opinión de Luis María Ansón sobre el resultado de las últimas elecciones respecto al candidato del partido Ciudadanos, así como los argumentos por las que, según él, Rivera no consiguió sus objetivos. Así pues, esta última parte es la sobresaliente en el texto.
En relación con la tipología textual, diremos que las funciones del lenguaje predominantes en el artículo son la expresiva (el autor manifiesta su opinión en frases como “se lo creyó demasiado pronto”, en la línea 1, “es fundamental”, línea 11, o “está claro”, 28) junto con la apelativa (la vemos en todos los argumentos que utiliza para convencernos de su opinión). De fondo, también podemos encontrar la función referencial (los datos que aporta sobre las elecciones, como “los 65 ó 70 escaños que le adjudicaban todas las encuestas se quedaron en 40” -líneas 4-5- o “Reducido a 110 escaños, el PSOE podía derivar…” -14-15) y la función poética, puesto que el autor se sirve de varias metáforas, por ejemplo: “haber sido el árbitro de la situación política” (5-6), “al Tsipras español” (8-9), “escalar la Moncloa” (25), “pactos subterráneos y peligrosos abrazos del oso” (28) o “se diluyeron políticamente” (35).
A continuación, analizaremos el registro del texto. En líneas generales, y propio del ámbito de uso al que pertenece, el registro utilizado por el autor es el estándar. Si bien es cierto que aparece combinado con el registro culto y el coloquial. Del registro culto encontramos, especialmente, una gran cantidad de léxico como “ensoberbeció” (1), “vislumbró” (2), “aspaviento” (2), “desdeñoso” (3), “suscitó” (4), “zaquizamí” (13), “adenda” (19), “detractores” (24), “barones” (30), “hostiles” (30), “zozobra” (32), “egolatría” (34), “detrae” (34), etc. A ese vocabulario, podemos unir el uso de oraciones compuestas subordinadas, aunque no las encontramos de manera excesiva, como las sustantivas (“pensó que todos los caminos…”, 1) y adjetivas (“los 65 o 70 escaños que le adjudicaban…”, 4), las finales (“presionan para que Sánchez…”, 21), las causales (“porque, en tal caso,…”, 23) o condicionales (“Si se hubiera mantenido…”, 31-32).
Del registro coloquial destacan las oraciones simples (y breves) que prevalecen en el texto, sobre todo las localizamos en el primer párrafo, así como la expresión de la línea 3: “se dio el pico”.
Por último, analizaremos la modalización del texto, entendido como el grado de subjetividad del mismo. En primer lugar, analizamos la modalización desde el punto de vista valorativo. Aquí destaca el uso del vocabulario subjetivo, con adverbios como “demasiado pronto”, en la línea 1; verbos como “ensoberbeció” (1), “se robustecía” (6) o “se diluyeron” (35); sustantivos como “garantía” (8), “debilidad” (9), “espejismo” (14), “,moderación” (17), “pesos pesados” (20), “exageración” (24) o “egolatría” (34); y adjetivos como “desdeñoso” (3), “poderosa” (8), “moderado y consciente” (10), “desmedido” (21), “fagocitado” (23), “escabechado” (27), “relevantes” (32) o “sosegados” (33).
Otros recursos que contribuyen a este tipo de modalización son el uso de las figuras retóricas (ya las ejemplificamos al justificar la aparición de la función poética) y el cambio de registro (como ya vimos en su apartado correspondiente).
En cuanto a la modalización epistémica, podemos afirmar que el grado de certeza de este artículo es total. Lo vemos en el absoluto predominio de las oraciones enunciativas (por ejemplo, “Se lo creyó demasiado pronto. Se ensoberbeció. Pensó que todos los caminos estaban abiertos. Vislumbró la alfombra roja. Se instaló en la prepotencia” –líneas 1-2) y en el uso del presente (“es”, 7, 11, 13; “reside”, 9; “descansa”, 17; “robustecen”, 18, etc.). Además, podemos ver esta seguridad en expresiones como “es fundamental”, línea 11, o “está claro”, 28.
Por último, respecto a la modalización deóntica, encontramos dos expresiones, en este caso perífrasis de obligación, con las que el emisor quiere, cuanto menos, aconsejar al receptor, aunque en este caso no se refiere a un emisor general, sino a uno concreto: Albert Rivera. A él le dice: “debe rodearse” (33) y “deberá reflexionar” (35-36).
Por todo ello, podemos aseverar que el artículo está muy modalizado, es decir, su grado de subjetividad es muy alto, contribuyendo para ello los tres tipos de modalización.


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