domingo, 21 de febrero de 2016

ADECUACIÓN DEL TEXTO "EL CUERPO" (PAU, SEPTIEMBRE 2012)

ADECUACIÓN DEL TEXTO "EL CUERPO"

Definimos adecuación como la propiedad textual en la que se delatan las decisiones tomadas por el emisor al tener en cuenta al resto de elementos de la comunicación.
Empezaremos analizando el ámbito de uso de este artículo titulado “El cuerpo”. Su ámbito es el periodístico, concretamente se trata de un artículo de opinión. En lo referente a su tipología textual, podemos decir que es un texto expositivo-argumentativo, en el cual predomina la parte argumentativa. Por una parte, es expositivo puesto que parte de un tema de actualidad y objetivo (el culto al cuerpo está de moda). Por otra parte, tiene más parte de argumentación puesto que la autora, que está en contra de este culto, para ella excesivo, pretende convencernos de no caer en este error.
En relación con esto, afirmamos que las funciones del lenguaje presentes en el texto son la expresiva, la apelativa y la referencial; las dos primeras en mayor grado que la tercera. Vemos la expresiva cuando la autora manifiesta su opinión (“no es nada nuevo”, 7; “a todos nos gusta la gente guapa”, 13). Encontramos función apelativa en el ingente uso de argumentos, como ya se comentó en el análisis de la coherencia. Y la función referencial se ve, por ejemplo, cuando dice que “su fortuna ha superado los 1.000 millones de dólares”, línea 2).
En cuanto al registro, diremos que el registro utilizado para redactar este texto es el estándar, propio de los textos periodísticos. Aún así, encontramos algún caso de coloquialismo (“una tía estupenda”, 4, y “guapura”, 17) y algunos rasgos más de cultismos: “lo armonioso” (13), “un abismo” (15), “mediocres” (20) o “minuciosamente” (23). De esta manera observamos que predomina el registro estándar. También vamos a señalar un neologismo: “milmillonarios” (16).
Pasamos a continuación a hablar de la modalización. La modalización es ese recurso que muestra el grado en el que el autor se deja ver en el texto, es decir, la subjetividad del texto. Empezaremos por la modalización valorativa, donde encontramos léxico valorativo como “tristemente asombroso” (l. 5), “y aún sigue siéndolo” (l. 11), “gente guapa, claro que sí” (l.13) o “para colmo” (l. 22); marcas del emisor en el uso de la 1ª persona como en “hemos sido” (l.7), “nuestra piel y nuestro cabello” (l. 9), “embellecernos” (l. 9), “estaré dispuesta” (l.29); también el cambio de registro, como ya hemos señalado. Y el uso de figuras retóricas: “la belleza siempre ha sido muy cotizada” (7; metáfora); “el cuerpo como moneda de cambio” (11; comparación); “un gramo de talento” (17-18; metáfora).
En cuanto a la modalización epistémica, podemos decir que el grado de certeza es total puesto que el tiempo verbal que predomina es el presente, no aparecen adverbios o expresiones de duda ni perífrasis de posibilidad. Ejemplos: “No cabe la menor duda” (2), “No es nada nuevo” (7), “A todos nos gusta” (13). Y, en lo relativo a la modalización deóntica, vemos que no hay uso de imperativos ni de perífrasis de obligación.
Por todo ello, podemos decir que el texto no está muy modalizado, aunque sí es subjetivo, especialmente en cuanto a la modalización valorativa se refiere.



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