miércoles, 17 de febrero de 2016

ADECUACIÓN DEL TEXTO 1

TEXTO 1





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                Un equipo de científicos de Texas ha encontrado una enzima que puede detener o retrasar el envejecimiento de las células humanas. La tal enzima impide el deterioro de esos microscópicos elementos de los que estamos hechos y les permite seguir reproduciéndose de una forma indefinida. ¿Habremos encontrado, después de tantas vueltas, la fuente de la eterna juventud? En este supuesto, llegará un día en el que no se pueda dar un paso: no cabrá la gente en este planeta menor. Otros científicos, menos optimistas, alertan sobre el riesgo de estimular el desarrollo de tumores.
                El ser humano siempre ha querido durar más y en mejores condiciones. Se ha identificado, falazmente, juventud con felicidad, pero la mocedad solo disfruta de algunos lujos que nadie puede permitirse a otras edades, por ejemplo el estar triste sin saber por qué. El padre Rubén creía que era un tesoro divino y bien que supo dilapidarlo. En cambio, el abuelo Homero estaba convencido de que la juventud, pronta de temperamento, es débil de juicio. Una especie de borrachera. El caso es que los hombres siempre han procurado mantenerla: unas veces pactando con el demonio y otras haciendo “footing” y tiñéndose el pelo.              
                La ciencia, que es lo único que hace revoluciones duraderas, ha encontrado el camino de la soñada fuente. Ojalá no esté seca. Hasta ahora solo había conseguido prolongar la vida, pero no por los tramos iniciales ni por el centro, sino por los últimos escalones. Todo parte de la humana resistencia a abandonar este mundo. Como en casa de uno en ninguna parte. Casi todas las personas tienen un alto concepto de sí mismas. Se miran al espejo y no entienden que un tipo como ellos pueda desaparecer. Confían en seguir viviendo, de otra enigmática manera y en otro extraño mundo. En esos rumores no confirmados de una existencia de ultratumba se basan muchas consoladoras religiones. El descubrimiento de la enzima puede hacernos eternos mientras vivamos. El caso es no resignarse a ser mortales.

Diario El Mundo (3-11-02)




ADECUACIÓN
Para comentar la adecuación de un texto, nos fijaremos en el modo de elocución (tipo de texto), en las funciones del lenguaje, en el registro utilizado y en el grado de modalización.
En primer lugar, el tipo de texto de este artículo periodístico es expositivo-argumentativo. Es expositivo puesto que nos habla de una nueva enzima descubierta recientemente. Pero, por otro lado, y de manera más o menos equitativa, es argumentativo, ya que nos plantea a lo largo de todo el texto la cuestión de si queremos realmente ser eternos.
En segundo lugar, y en relación con el punto anterior, podemos decir que las funciones del lenguaje que predominan son la referencial, la apelativa y la expresiva. Y lo hacen de una manera similar, puesto que tenemos bastante información sobre el descubrimiento de la enzima (función referencial), el autor llama directamente la atención del receptor con el uso de las interrogaciones (apelativa) y además expresa su opinión en contra de ser inmortales (función expresiva).
Seguimos con el registro utilizado, el cual es en líneas generales estándar-culto. En líneas generales, el texto puede ser comprendido por un lector de nivel medio, incluso bajo, a pesar de que podemos encontrar algún cultismo como “falazmente” (9) o “pronta de temperamento” (12), alguna referencia a un poeta modernista como Rubén Darío (“el padre Rubén”, línea 10) o al poeta griego Homero (“el abuelo Homero”, 11) y algunos tecnicismos propios de la ciencia, como “enzima” (1), “células” (2), “microscópicos elementos” (2-3), etc.
Por último, señalaremos que el texto está poco modalizado, puesto que la parte expositiva está muy presente en él. Por un lado, en cuanto a la modalización valorativa vemos algún término como “dilapidarlo” (11) u “ojalá” (16), con comparaciones como “como en casa de uno en ninguna parte” (13) y el uso de la ironía en la penúltima línea: “El descubrimiento de la enzima puede hacernos eternos mientras vivamos”. Podríamos incluir también aquí la aparición de la 1ª persona del plural, tanto en verbos (“habremos encontrado”, 4) como en pronombres (“hacernos”, 22), la cual muestra la implicación del emisor.
Por otro lado, en la modalización epistémica diremos que el grado de certeza no es muy alto. Vemos expresiones como “es lo único que hace revoluciones verdaderas” (15) pero también otras que manifiestan duda o posibilidad como “El descubrimiento de la enzima puede hacernos eternos mientras vivamos” (22).
Y, por otro lado, la modalización deóntica no muestra ningún ejemplo. Por ello, podemos afirmar que este texto no está muy modalizado.

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