miércoles, 18 de noviembre de 2015

ANÁLISIS DE LA COHERENCIA DEL TEXTO "EL 'CENTRISMO' Y EL TOTALITARISMO INVERTIDO

El "centrismo" y el totalitarismo invertido
Miguel Ángel Cerdán






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Sheldon S. Wolin, creador del concepto de "Totalitarismo Invertido", definía el mismo como la combinación de un cuerpo legislador débil, un aparato legal que es a la vez complaciente y represivo, un sistema de partidos en que cada uno de ellos, en el poder o en la oposición, se dedica a mantener el sistema existente para favorecer a una clase dominante integrada por los ricos y poderosos.
Mientras, en ese "Totalitarismo Invertido", se deja a los ciudadanos más pobres en la indefensión y se mantiene a las clases medias oscilando entre el miedo al paro y las expectativas, y se completa el esquema con unos medios de comunicación serviles y una máquina de propaganda desarrollada por instituciones conservadoras generosamente subvencionadas. En ese "Totalitarismo Invertido" se promueve, como acertadamente señala el profesor Laborda, la despolitización envolviendo a la sociedad en una atmósfera de temor colectivo y de impotencia individual. ¿Verdad que nos suena? ¿Verdad que nos recuerda lo que ha sucedido en España? ¿Y qué mejor medio de "despolitizar" en última instancia que señalar el "centro" como objetivo cuando falla la alternancia, cuando el típico juego bipartidista acaba en el fracaso más estrepitoso y ya no sirve a los poderosos?
En este sentido, tal vez convenga que tengamos presente cómo Robert Fisk (…) señalaba así mismo que los partidos políticos entregaban el poder que han recibido de los votantes "a los bancos, los traficantes de derivados y las agencias de evaluación", y "las elecciones han acabado siendo tan falsas como las que los árabes se veían obligados a repetir, década tras década, para ungir a los propietarios de la riqueza nacional". (…) Y es que, como señala Hudson, profesor de la Universidad de Missouri, la política de austeridad no es más que la acción de una nueva era de desigualdad "a medida de una oligarquía financiera que reemplaza a los gobiernos democráticos y somete a las poblaciones a una nueva servidumbre, ésta por deudas". Más claro, el agua. (…)
En definitiva, estamos ante un nuevo totalitarismo. Es por ello por lo que resulta casi un sarcasmo macabro que los poderosos que gobiernan ese totalitarismo nos quieran con miedo por un lado y por otro nos ofrezcan la solución del "centrismo", solución que han creado los que han provocado el problema . ¿Miedo al totalitarismo? ¿De verdad nos desprecian tanto? Más bien, deberíamos sentir miedo al "centrismo" patrocinado por las élites, patrocinado por el IBEX.

Eldiario.es, 3 de noviembre de 2015



Nos encontramos ante el artículo “El ‘centrismo’ y el totalitarismo invertido, publicado por Miguel Ángel Cerdán en el periódico en línea Eldiario.es, el 3 de noviembre de 2015.
El tema que aborda es una crítica al sistema político actual por su despolitización.
Resumidamente, el texto nos cuenta qué es el “Totalitarismo invertido” y cómo este se corresponde con la situación política actual. A continuación, critica cómo este se ha ido despolitizando por los intereses económicos y la falta de alternativas. Por último, concluye diciendo que la alternativa ofrecida es lo mismo pero con otro nombre.
Externamente, el artículo está formado por un titular, “El ‘centrismo’ y el totalitarismo invertido”, y un cuerpo argumentativo de treinta y una líneas divididas en cuatro párrafos de distinta extensión.
Pasando a la estructura interna, el texto está formado por una introducción, un desarrollo y una conclusión. La introducción ocupa el primer párrafo, de la línea 1 a la 5. En ella se nos introduce el término de “Totalitarismo invertido”. A continuación, el desarrollo abarca los dos párrafos siguientes, de la línea 6 a la 25. En el segundo párrafo del texto se profundiza un poco más en el término expuesto en la introducción y lo aplica a España, criticándolo a él y al centrismo, la alternativa que ofrecen. En el tercer párrafo se encarga de seguir criticándolo por su despolitización debida a la falsedad a la hora de elegir al gobernante y por sus intereses personales. Por último, en la conclusión, cierra reafirmando que nos encontramos ante un totalitarismo y la alternativa ofrecida que son lo mismo. Ocupa el último párrafo, de la línea 26 a la 31.
En cuanto a la tesis, podemos decir que se encuentra explícitamente en el último párrafo: “En definitiva, estamos ante un nuevo totalitarismo” y “Más bien, deberíamos sentir miedo del “centrismo” patrocinado por las élites”, que podríamos juntar en una sola: nos encontramos en un totalitarismo, pero la alternativa al centrismo es igual o peor. Dado que aparece al final del texto, la estructura es sintetizante.
Para defender esta tesis, se apoya principalmente en argumentos de autoridad y citas, por ejemplo en la línea 1, de Sheldom S. Wolin y su definición de “Totalitarismo invertido”, el de Laborda en las líneas 10-12 (“En ese ‘Totalitarismo invertido’ se promueve la despolitización envolviendo a la sociedad en una atmósfera de temor colectivo y de impotencia individual”) o el de Robert Fisk en la línea 17 y el de Hudson en la 22. Además, aparecen argumentos de contraste al aparecer la pobreza y los ricos, el miedo y las expectativas, y la democracia y el bipartidismo. Por último, aparecen argumentos de ejemplificación al poner a España como ejemplo del “Totalitarismo invertido” y de verdad evidente: “Más claro, el agua” (línea 25).
Finalizando, la progresión temática que presenta el texto es de tema constante, ya que el tema es en todo el artículo el “Totalitarismo invertido” y sus remas son cómo es, dónde lo podemos ver, qué se le critica, etc.

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